sábado, 15 de febrero de 2014

Más que una canción


La canción marcaría el momento en que dejaba de ser niño para iniciar la pubertad y la pronta adolescencia en el horizonte... you can´t go on thinking nothing's wrong, canta el desaparecido Benjamin Orr, baterista de The Cars. Creo que, quizás, en mi fuero interno sabía que toda una época, muy pronto, iba a quedar atrás. Esto era más notorio en las noches, en la azotea: las luces de los postes, el trajinar de la gente en las calles y la refrescante brisa despertaban a diario una vaga ansiedad, una expectativa incierta, un casi incontenible afán por montar la brisa y sumergirme en la noche para conocer qué había más allá de la azotea, de las luces y de esos días que ya se iban para siempre.

Volví a escuchar esta buena canción Drive hace algunos años, un tema que no oía hacía muchísimo tiempo y que estaba sumergido, ya casi olvidado, en el sótano de mi memoria. Una noche, en mi cama, y en contra de mi costumbre, empecé a sintonizar radios. Buscaba alguna canción agradable para un buen dormir -se volvió un diario gusto-, una melodía que quizá me invitara a soñar. Pero apenas di con ella, los primeros acordes, al instante, empezaron a despertar algo en mí: una combinación rarísima de sensaciones. Rápidamente giré la perilla del sintonizador, prácticamente huí de ella. El tema removió algo en lo hondo de mi interior que procuré no surgiera a la superficie aunque no sabía exactamente qué. Sin embargo, esas sensaciones seguían bullendo instantes después. Entonces, volví a sintonizar la emisora para enfrentarme a la canción.

Así fue como ocurrió: recordé esos larguísimos veranos que aparentaban no finalizar nunca y que pasé rodeado de chicas siendo yo un pequeñín. Eran días y días interminables de cine, juegos incansables en calles tranquilas, historietas, dibujos animados, escapadas al río, la expectativa por ver pasar el tren, helados Jet Donofrio, las sabrosas tripitas fritas, muchas canciones new wave, la compañía de gatos a diario, juegos de carnaval, brisa nocturna y el cariño constante de mi madrina, sus hermanas y de toda su familia.

Hay un puñado de canciones más que, a diario, me llevan a esos lejanos años. Pero únicamente esta me despierta una rara y dulce melancolía. Who's gonna drive you home tonight, repite una y otra vez el cantante. Sí, esta canción me conduce a mi casa, mi segundo hogar del que, curiosamente, partía siempre triste, de noche y reprimiendo las lágrimas.
   
alt="el ocaso es una canción a diario"
     

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