martes, 31 de diciembre de 2013

U2: 25 años del Rattle and Hum

"Cuando tienes 16 años crees que puedes conquistar el mundo, nosotros teníamos razón", Bono vox.

La única y esperada visita de U2 a Lima, un documental: Rattle and hum








     Hace ya un tiempo atrás, Mabela Martinez en su programa SONIDOS DEL MUNDO, entrevistó al director teatral Alberto Isola; él, con un aire reposado y esa voz grave, se abrió a la nostalgia al recordar como a los 17 años descubrió a un cantante que lo marcaría para siempre. Lo oí hablar de un modo entrañable y con una cálida devoción sobre el viejo saurio Leonard Cohen. Cuanta gratitud y cariño había en sus palabras, en el tono de su voz y en su mirada. Un afecto apacible y profundo por su música. Mientras lo escuchaba pensé: yo también quiero expresarme así sobre U2. Veámos pues:

     Aún recuerdo aquella tarde calurosa y de denso bochorno en la que una niña llegó a la academia pre, en la cual yo estudiaba, muy entusiasmada porque, según ella, la banda irlandesa U2 llegaría al Perú. Por un brevísimo instante mis sentidos se despabilaron, mas luego reparé en que los irlandeses acababan de asaltar el Olimpo Rockero con su álbum The Joshua Tree (1987), así que no presté ya más atención a lo que dijo y volví a sumergirme en el bochorno de ese verano de 1989. Pero unas semanas después me detuve, muy sorprendido, en una calle para ver un enorme cartel anunciando su "musical journey", Rattle and Hum, en un cine del centro:


     ¡Desconocía este trailer! Solo había visto el que aparece en el menú del DVD de la película. Al empezar la escritura de este post lo hallé de casualidad. Si el anterior, en su momento, me pareció bueno, este fue realmente conmovedor y sorprendente: muy buena edición, emotiva, con escenas que no aparecieron en el documental final y versiones que tampoco aparecieron en el álbum doble del mismo nombre. A estas alturas encontrarse con algo así es gratificante y no demoró en llevarme a mi iniciática devoción por su música, allá en los finales de los convulsivos 80's. Segundo trailer.


     Sí, fue tal la repercusión de este álbum ese año 1987, que los llevó a aparecer en la portada del Times, a ser mediáticos y solicitados, y, claro, recorrer todo los Estados Unidos con canciones compuestas en su homenaje. El Joshua tree tour filmado en blanco y negro y a colores, luego del montaje, se convirtió en una especie de road movie musical. Si el The Joshua Tree era un homenaje sonoro, el documental, entonces, fue el homenaje audiovisual, y la constatación fílmica de como el sonido y la voz de Bono Vox le habían tomado el pulso a una época y conquistado el alma de Norteamérica y el mundo.
     Algo curioso me ocurrió con ellos: Si bien el álbum apareció en marzo de 1987, para mí pasó casi totalmente desapercibido. Al parecer las baladas en español, el new wave, el rock en español, la nueva trova, tendieron una especie de velo sobre el nuevo sonido que prodigaban los irish boys. Solo a fines de ese año a punto de culminar 5 to de secundaria, de manera casual, oí un ruido: U2 y, como fondo, los acordes finales de With or without you. El verano siguiente empezó la fiebre interminable con New year's day, Sunday Bloody sunday y Party girl en versiones en vivo desde una radio (studio 92). De modo veloz se convirtieron en mis favoritas, las oía una y otra vez. La subyugante voz de Bono vox llegó para permanecer de manera indeleble en mi imaginario musical. Esa voz y aquellas canciones me empujaron a buscar más sobre ellos: Where the streets have no name y I'm still haven´t found what I'm looking for.


     Totalmente rendido ya ante su música y la voz de Bono vox, aún trascurrirían varios meses antes de conocerlos. Por alguna extraña razón cada vez que los oía imaginaba a los ZZ TOP, hasta que encontré una foto de ellos y realmente me cayeron bien, su imagen no contradecía su sonido. Eran una rara avis en medio del Pop, el glam rock y el new wave de finales de los ochentas. La pasión que ponía Bono vox al interpretar las canciones me impulsaron a descubrir sus letras. El diario La República empezó a publicar una vez a la semana artículos en los que se narraba los inicios de U2. Lo más preciado era las traducciones de canciones de The Joshua tree.



     En una época sin internet, sin You Tube, ni Google de pronto te encuentras con el Helter Skelter de the Beatles en una versión inspirada al inicio de la película documental, cuando el set list de la gira iniciaba con Where the streets have no name. Verlos en pantalla gigante, en blanco y negro, con el público atiborrando el auditorio del concierto a más no poder y aclamándolos, me hicieron confirmar que no era el único y que no me había equivocado de banda. Había pasado meses escuchando el álbum con gran pasión, un álbum que marcó un antes y un después en mis gustos musicales, un álbum que se convirtió en entrañable.


     Espléndida versión en vivo de un tema que en su versión de estudio era enigmática y de una energía caótica. Recuerda mucho aquellos inicios post punk de sus primeros discos. Además le rinden un homenaje a Van Morrison: Glory.


     Esta versión en vivo le rinde justo homenaje a la original de estudio: enérgica, vertiginosa; gran presencia de The Edge en la guitarra.


     Esta fue la primera canción que oí de ellos, aunque en su versión de estudio: la voz de Bono Vox es casi susurrante, la base rítmica de bajo y batería, más la guitarra, poco a poco van iniciando un increscendo mientras Bono empieza a darle más inflexión a su canto, entonces toda la energía contenida se desborda en un largo grito y toda la fuerza expresiva de la banda cobra nuevos bríos: batería, bajo y guitarra surgen al primer plano sonoro mientras la textura vocal de Bono se desgarra en un breve remanso hasta el lamento final.

     She's running to stand still, este tema en su versión de estudio, en su momento, fue todo un descubrimiento. La versión original muestra un angustiante lamento hacia el final que perturbaba mis noches de adolescente, la harmónica era el termino ideal. La versión del documental en cambio muestra una vuelta de tuerca, pues la nota en el piano se eleva y el registro pausado de la voz de Bono también de un modo conmovedor; es una fiesta sonora regocijante el trabajo de Mullen y Clayton en la batería y el bajo respectivamente.

     Where the streets have no name, apasionante versión en vivo cuyo original en estudio con sus vigorosos redobles de batería y golpes de platillos, un bajo vertiginoso e inspirador, una guitarra eléctrica con rasgueos entrecortados y nerviosos además de la voz Bono fervorosa y entregada para una interpretación  grupal que logró tocar una fibra intima y ya fue imposible escapar al sonido que entregaban.

    One tree hill, otro descubrimiento gratificante, si bien no apareció en el montaje final del documental, merece un punto aparte. Esta canción es una comprobación de su música comprometida al homenajear al músico chileno Víctor Jara muerto por la soldadesca pinochetista. La versión original de estudio ya era muy sentida y poética, esta, en concierto, lo re confirma. La voz de Bono vox transita todas las texturas de interpretación en este tema de despedida al amigo con la promesa del reencuentro más allá del tiempo.


    Esta versión en vivo, con una breve introducción de Bono sobre los irlandeses en USA, la cual ayuda entender el significado de la letra, es distinta a la ofrecida en el único álbum en vivo de la banda: Under a blood red sky. Un fuerte sentimiento irlandés inunda el recinto, mientras The Edge casi destroza las cuerdas de su guitarra en unos rasgueos vigorozos, Bono hace un alegato contra la violencia: ¡No more!

     Bullet the blue sky, inigualable versión en vivo con la famosa introducción de Jimmy Hendrix sobre el Himno americano interpretada por The Edge. La escena de Bono iluminando a The Edge en su solo de guitarra es una de las imágenes icónicas en la historia del rock, tanto así que se usó como foto para la portada del álbum doble Rattle and Hum.



Y esto no termina, luego de 16 albums los irlandeses amenazan con uno nuevo para este verano 2014, además de una gira para el 2015 en Latinoamérica en la cual se incluiría: ¡al Perú!


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